
A dia de hoy, soy profesor de un colegio madrileño. Estoy en una aula especial, denominada Aula de Enlace, donde imparto clase a alumnos extranjeros de incorporación tardía.
Se trata de una clase de tratamiento especial, donde el objetivo principal es que los alumnos aprendan a defenderse en nuestro idioma de tal forma que se puedan integrar en la sociedad.
Ante mi situación actual y como queda reflejado en la bibliografía (Metodología y Habilidades Docentes) me encuentro en una batalla entre los ideales de cómo me imaginaba que sería dar clase y entre la realidad del día a día de las aulas. Empecé en Noviembre en un proyecto nuevo como profesor del Aula de Enlace y con el paso de los días descubrí que elegí bien ser profesor, porque adoro trabajar con ellos, sin embargo, no puedo poner en práctica (de momento) todo lo que yo tenía pensado ofrecer cuando fuera profesor.
La realidad de las aulas es muy dura, al fin y al cabo, un profesor está a disposición de sus alumnos, y ellos mismos son lo que en un momento determinado te demandan lo que quieren aprender. Este proyecto es bastante complicado, al fin y al cabo, es mi primera experiencia como docente, fuera de todos los años de prácticas que he realizado, y tengo alumnos que demandan determinadas cosas que en su mayoría son muy heterogéneas por lo que no siempre se les puede dar todo el tiempo que necesitan...
Sin embargo, puedo decir con total seguridad, que dedico todo el tiempo que tengo tanto dentro como fuera del aula en mejorar y en tratar de ofrecer una gran impacto sobre ellos, ya que me considero un profesor coherente en principios y considero que tengo una gran responsabilidad con ellos. De mí dependen que se integren en nuestra sociedad, y que sean capaces de valorarla, ya que intento hacerles ver aquello que yo considero positivo para nuestra sociedad afianzando valores como el respeto, el compañerismo, la amistad, el trabajo, la responsabilidad,...
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